Columna por Mauricio Merdech, Gerente de Edificación y Retail de DRS Ingeniería y Gestión
Casi anticipándose a la situación que estamos viviendo, el retail en Chile y el mundo ha venido desarrollando una reconversión paulatina en el manejo de espacios, mix de productos en exhibición y almacenaje apuntando básicamente a potenciar el incipiente mercado de la venta online, invirtiendo fuertemente en el desarrollo y crecimiento de redes de Centros de Distribución. Muchos de estos robotizados en caso del retail mayor.
Esto sumado a la reconversión del modelo clásico del Centro Comercial o Tiendas Departamentales por uno más abierto a la diversidad de servicios, concentrando nuevas actividades y por ende asegurando los flujos requeridos para la actividad comercial, pero a una escala más humana. Ejemplo de ello es la proliferación de formatos compactos como Power Centers, Strip Centers o Outlets y el paso de los principales centros comerciales hacia un formato de mayor interacción con su entorno. Tendencia que se ha visto forzada a apagarse y dar paso a las prioridades que ha instaurado la crisis sanitaria.
En una primera mirada, el principal y el más visible efecto de esta situación es el cierre de gran parte del comercial genérico, dando continuidad sólo a la venta física de primera necesidad, pero sin perjuicio a ello y a su carácter prioritario, no debemos perder el horizonte temporal de dicha medida. ¿El desafío? La eventual reconfiguración de la lógica comercial y el modelo operativo del rubro, el cual debe responder con espacios, condiciones de habitabilidad e infraestructura aptas para el desarrollo sustentable de la actividad en condiciones seguras para usuarios y trabajadores.
¿Qué pasará con las futuras obras y las que están hoy en desarrollo?
La palabra clave será: adaptación. Evidentemente existirá una latencia en la entrada en operación de actuales proyectos y la reconfiguración de los próximos a ejecutar, condición que debiera autorregularse en función a las necesidades de consumo del mercado en un entorno seguro; garantías que el actual y futuro equipamiento comercial deben proporcionar.
En este sentido, Centros Comerciales, Supermercados, Tiendas Departamentales mayoristas y mercados locales, son los proyectos que presentan -al corto plazo- el mayor de los desafíos de cara a la implementación de estas condiciones.
Ahora, ante una eventual apertura al público y entendiendo que la actividad comercial requiere flujos mínimos para su operación y viabilidad económica en el tiempo, la mirada debiera apuntar al manejo eficiente de espacios de venta en el equipamiento comercial, que permita aportar por sí solo al control del flujo y concentración máxima de personas, complementado con una normativa potente y clara en los requerimientos solicitantes para la reconversión y desarrollo de proyectos orientados al mercado retail.
Dicho esto, la tendencia es clara. En el mediano plazo, las señales apuntan a la diversificación de canales de venta e intercambio de bienes y servicios, lo cual direccionará una parte importante de la inversión del mercado en infraestructura de acopio y distribución, la conformación de redes a nivel nacional y la descentralización de dichos centros, consolidando un modelo de distribución remota cada vez más eficiente