Chuquicamata es la división de Codelco que ha concentrado los ajustes de dotaciones en los últimos años. El cambio en el modelo de explotación del yacimiento -de rajo abierto a subterránea- significa toda una renovación de las competencias de los trabajadores y,
además, un recorte en los puestos de trabajo que se ha ido profundizando en los últimos años.
Así, en 2020 Codelco cerró con una caída de 1.001 trabajadores en esa división, pasando de 4.899 trabajadores al cierre de 2019 a 3.898 a fines del año pasado, lo que representa una reducción del 20% solo en doce meses.
¿A qué se debe esta situación? En el caso de Chuquicamata, desde la empresa aseguraron que en esa división se puso en marcha en 2016 un plan de transformación, con el objetivo de recuperar la competitividad “y desarrollar las mejoras técnicas para pasar de una
mina de cielo abierto a una subterránea”.
“Esto implicó un profundo cambio organizacional, cultural, de perfil de los trabajadores, de productividad y de magnitud de la dotación”, aseguraron en la empresa.
Además, en 2019 la administración divisional, en el contexto de negociaciones colectivas y en acuerdo con las dirigencias sindicales, dispuso para los trabajadores un plan de egreso voluntario. Este instrumento fue utilizado por el 95% de las personas que salieron de
Chuquicamata, “el que implica un retiro en condiciones mucho más favorables a las normales y con beneficios extraordinarios, por ejemplo, en el ámbito de la salud”, complementaron en la empresa.