No es un secreto para nadie que el costo del suelo ha ido aumentando en la última década, un 218% en el Gran Santiago, para ser exactos. Así lo muestra Toctoc.com en su Apunte de Ciudad N°6. Cifra que podemos complementar con los resultados del último sondeo realizado por GFK Adimark, quienes detectaron un aumento del 115% en el precio de casas y departamentos en la Región Metropolitana, hechos que a pesar de la crisis, no han dejado de aumentar en los últimos 10 años y no parece que vayan a detenerse.
De esta forma, indica TocToc, el precio de suelo para proyectos de densificación ha pasado de 18,4 UF/m2 promedio en 2010 a 58,5 UF/m2 en 2019, siendo Ñuñoa y Providencia las comunas que han concentrado el mayor consumo de suelo, mientras que Macul, Vitacura y Lo Barnechea son quienes presentan la mayor variación en precio.
Para que tengamos las cosas claras, el costo del suelo corresponde a un 65% del valor de una vivienda y todas estas alzas las asume totalmente el consumidor. Si bien hemos visto cómo se han ido desarrollando nuevos polos inmobiliarios como lo son hoy San Miguel o Macul, el hecho es que construir es cada vez más caro y comprar también, entonces, ¿de qué otra manera podemos enfrentar esta problemática?, ¿qué podemos hacer para mitigar esta alza sostenida que parece irrefrenable?
Una alternativa es la descentralización de la construcción. Ya sabemos que las viviendas que van a salir a la venta en dos años más van a ser aún más caras, por el alza actual del precio de la construcción, entonces la alternativa está en tomar los grandes proyectos y llevarlos a regiones.
Antofagasta, Iquique, Concepción, en todo Chile se necesitan viviendas nuevas y el precio del suelo es más competitivo en aquellas regiones. Esto a su vez fomenta el dinamismo en el sector.
Otra alternativa es mirar el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU), el cual tiene una correlación directa con la plusvalía de una comuna, el nivel de conectividad, transporte, centros de negocios, centros médicos, etc. y, por supuesto, a mayor ICVU, mayor precio de las viviendas, por lo que una alternativa interesante sería lograr equiparar el ICVU en Santiago, apuntando la inversión a mejoramientos urbanos, para que comprar un suelo mas económico no sea sinónimo de hacerlo en un mal barrio y así podríamos alcanzar un mayor nivel de competencia.
Para lograr esto es necesario contar con un ente regulador que vele a conciencia por estos temas y desarrolle las medidas necesarias, distribuya la inversión, hecho que actualmente le corresponde a cada municipio y que esperemos tenga algún cambio después del estreno de los próximos gobernadores regionales que estamos prontos a elegir.
¿De qué otra forma crees que podemos combatir estas alzas?, ¿cómo incentivamos el cambio?