Cuando se complete, QB2 será un activo de primera clase, con bajos costos operativos, una vida útil inicial de la mina de 28 años y un significativo potencial de crecimiento adicional. Incluyendo además el primer uso a gran escala de agua de mar desalinizada para la minería en la región de Tarapacá. De esta manera, “sumado a los considerables efectos en la actividad económica y a la generación continua de múltiples alternativas laborales, Quebrada Blanca 2 es un proyecto que contribuye para avanzar hacia la construcción de una sociedad más productiva, ecuánime y sostenible, con un efecto inmediato en las localidades de mayor proximidad geográfica”, destaca Marcelo Morales, Gerente de Industria y Minería de DRS.

El proyecto que nos convoca consiste en la construcción del sistema de transmisión eléctrico para QB2. Nuestro cliente, Transelec, tiene a cargo la ampliación de dos subestaciones, junto con la construcción de dos subestaciones nuevas. Esto además de la construcción de un túnel de un kilometro para el soterramiento de la línea de transmisión y la construcción una la línea de transmisión en 220 kV.

“El proyecto está pensado para tomar el agua de mar, desalinizarla y enviarla a través de ductos hasta la mina. Por supuesto, cada cierto tramo hay unas bombas para empujar esta agua, ya que estamos hablando de un tramo extremadamente largo y en constante subida. Esto requiere una cantidad enorme de energía”, explica Eduardo Mella, Jefe del área de negocios de Energía de DRS.

Aporte DRS

En esta oportunidad, prestamos diversos servicios para Transelec, siendo nuestra principal función la inspección técnica de obras (ITO) y el gerenciamiento (PMO) para la administración y control del proyecto, teniendo profesionales en las áreas de: prevención de riesgos, calidad, control documental, oficina técnica, control de costos, programación y control de proyecto, relaciones laborales, topografía, junto con todo el equipo de Inspectores técnicos de obra.

Adicionalmente, proporcionamos servicios tales como administración y control de: campamentos, vuelos chárter de personal, flota de camionetas e instalaciones de faenas.

“Este proyecto ha sido una experiencia muy gratificante y a la vez un tremendo desafío para nosotros, poniéndonos a prueba al trabajar con estándares mineros muy exigentes y llegando a un peak de 80 profesionales en faena”, destaca Mella.

Nuestro compromiso Uno de los requerimientos más desafiantes hasta el momento ha sido la inspección de estructuras, explica el Jefe de área de negocios de Energía, “todas las estructuras utilizadas vienen desde Turquía, por lo que decidimos enviar un profesional a supervisar que todo estuviera correcto de acuerdo a la ingeniería. Desde el espesor de los fierros y la calidad de la estructura, hasta la cantidad de perforaciones, ya que no son todas iguales, pues hay algunas que se van a utilizar en terrenos rocosos o más complejos y requieren más profundidad u otro tipo de adecuaciones”.

Esto tomando en cuenta que el tramo de líneas a instalar considera 440 torres y se extiende desde la cota 0 en puerto Patache al nivel del mar, hasta la cota 4.300 en donde se encuentra la mina. “Vamos de playa a cordillera. Entonces, si estas estructuras no llegan en perfectas condiciones, en un proyecto de esta envergadura, significan meses de pérdida, tanto en tiempo como en recursos. Por eso es necesario este nivel de compromiso, que asumimos e implementamos con éxito”, cierra Mella.