Luego de una baja significativa en la demanda de cobre de China, durante el primer trimestre del año, asociada al confinamiento de la economía inducido por el Covid-19, a partir del segundo trimestre se observa un repunte persistente del consumo. Esto se reflejó en una alza en las importaciones de refinado y concentrados de cobre, que en junio y julio alcanzaron máximos históricos, así como una fuerte reducción en el uso de chatarra, configurándose un nuevo panorama para la demanda del metal de China en 2020: desde una caída de 2%, proyectada a fines del primer trimestre, a un alza en torno a 2% estimada en la actualidad. El positivo desempeño del sector manufacturero, inmobiliario, consumo y exportaciones de manufacturas del país asiático sustentan tales expectativas. Además, en agosto, las exportaciones chinas de bienes y servicios aumentaron 9,5%, completando tres meses consecutivos de alzas, eclipsando la baja en las importaciones (-2,1%). El aumento se atribuye al relajamiento de los cierres de los principales socios comerciales (Estados Unidos y Europa). El dato genera una nueva señal positiva sobre la recuperación de país asiático.